Mirando el mapa

España está atravesada por sus ocho ríos principales, tres que desembocan en la franja mediterránea: Ebro, Júcar y Segura; y cinco que lo hacen en la franja atlántica: Miño, Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir. Por si solos, no tendrían protagonismo, la afluencia de los ríos secundarios es la que hace que sus cuencas hídricas acaben canalizando todo el agua precipitada hacia ellos. Esta separación entre diferentes ríos, o mejor dicho, entre cuencas hídricas está marcada por la orografía, los principales sistemas montañosos hacen de barreras entre los surcos de agua, delimitando una parte de la península que vierte sus aguas hacia el Atlántica y la otra hacia el Mediterráneo, por no hablar de la franja Cantábrica, muy caudalosa pero de menor recorrido terrestre.